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"Aún no hemos podido vernos pero ya me ha dejado un rastro de su gusto en la vinoteca Buqué: sal de su pueblo, Poza de la Sal, un enclave hermosísimo e histórico de Burgos. La historia de la sal es como la del oro, por ella se ha matado y muerto pero ¿sabéis lo que es tener sal de "la Poza? Pues como tener polvos mágicos para la comida. Esta sal que nos trajo de la antigua mina y que yo tengo entre las manos, es un regalo exquisito. Se la puse a un sencillo bisté empanado y se convirtió en un chuletón de buey. Todo, con ella, adquiere una mayor cualidad culinaria. Bienvenido, Benito."
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Este texto es parte de un artículo de Fernando Franco para el Faro de Vigo, si quieres leerlo entero, haz clic aquí. Por cierto, gracias Benito Quintano por esas palabras... ¡la sal y salero de l@s pozan@s!
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